26/7/09


Como un poema urbano, rápido y de muchas imágenes superpuestas, es contaminado visualmente el camino de memorias volcadas al azar. De esta manera se ahoga la recreación de nuestro yo, minimizando los vectores de tiempo-espacio de personas y objetos anónimos que se levantan de un suelo duro fabricado por la remembranza y la presencia. La huella se vuelve imagen sobre una tela impregnada de cemento fresco convirtiéndola en un simulacro de la presencia y existencia de nosotros mismos.

“La tradición de todas las generaciones muertas oprime como una pesadilla el cerebro de los vivos… cuando se disponen a crear algo nuevo, los espíritus del pasado toman prestados los nombres, las consignas de guerra, los ropajes para representar la escena de la historia universal.” Karl Marx